La luz es un material hermoso e intangible, capaz de crear espacios o borrarlos. Una vez en un workshop, el líder del grupo me hizo notar que el espacio que teníamos, al apagar las luces, desaparecía. Creo que ese es uno de los poderes más grandes de la luz.
Hay lugares donde entramos y nos sentimos bien, oficinas donde nos duele la cabeza o nos enfermamos con frecuencia. Hay tiendas que nos invitan a consumir y tiendas que nos dicen qué comprar. La luz es capaz de modificar el estado, la salud y la conducta del ser humano. Este es uno de los grandes poderes del diseño de iluminación.
El mundo está inundado de diferentes bulbos y lámparas.
La gente cree que más luz es mejor, y que cambiando a un bulbo que consuma menos energía pero sea más brillante están colaborando al problema ambiental y satisfaciendo su deseo de más. Hay bulbos que contaminan más o cuya calidad no es buena. Cada vez el mercado es más amplio y el consumidor no tiene por qué saber de todo. Estar informado es trabajo del diseñador de iluminación.
Más no siempre es más, menos no siempre es más, menos no siempre es aburrido, menos no siempre es divertido. Debemos encontrar el diseño justo para lograr el ambiente que requieres, cuidando el medio ambiente, y tu salud.